Una verdadera amiga/o es aquel que esta en las buenas y en las malas. Para mí, esa persona es mi prima Zeina. Ella es la persona con la que he tenido una conexión más profundo en mi vida. Nos conocimos desde cuando tenía cinco años y ella tuvo cuatro. Desde el primer día que la conoce, sabía que nosotras éramos totalmente diferentes. Ella era la niña traviesa, con las opiniones abiertas, y yo era la niña obediente que le gustaba pensar antes de actuar. Sin embargo, una buena amistad es cuando puedes aprender cosas nuevas de la otra persona, y es así que nosotros nos volvimos mejor amigas y después hermanas.
Ahora, a lo largo de los años aunque tuvimos suerte de seguir siendo amigas, tengo que admitir que nuestra relación ha cambiado. De niñas a adolescentes, así como nuestros cuerpos fueron cambiando igualmente nuestras maneras de pensar y nuestras prioridades han cambiado. Como niñas éramos capaces de expresarnos completamente y ser libres, con menos cosas de preocuparnos con. Como niños necesitamos un amigo/a para jugar, compartir juguetes y divertirse inocentemente. Pero ahora que hemos crecido, casi parece como si el mundo ha cambiado con nosotros. En vez de juguetes, necesitamos un amigo/a para llorar con cuando lleguemos con el corazón roto, ir a diferentes lugares con y darnos consejos. Ahora como adolescentes todo es más complicado, por ejemplo aveces uno se mete en peleas estúpidas, no mas basados en los malentendidos, los celos, niños, ropa, o a veces de la nada. Sin embargo, pasa el tiempo y al final nos encontramos juntos otra vez riéndonos sobre las insignificantes argumentos que hemos tenido. Yo creo que a veces es bueno que los amigos se dividen por algún tiempo, porque cuando están unidas una vez más su vínculo es aun más fuerte. Y aunque nunca podemos recuperar esa inocente amistad que una vez tuvimos como niños, podemos luchar por un amistad honesta y sincera. Espero que en los años que vienen Zeina y yo podemos seguir siendo mejores amigas.
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